En 1913, Buenos Aires inauguró la línea A del subterráneo, convirtiéndose en la primera ciudad de América Latina en hacerlo y revolucionando la movilidad urbana. A pesar de su importancia, el subte no se ha expandido significativamente desde la apertura de la línea H en 2007, sumando un total de 6 líneas que no cubren toda la demanda de la ciudad. Hoy, la ciudad porteña Argentina enfrenta grandes desafíos en cuanto a su infraestructura de transporte y problemas de movilidad agravados por el aumento de tarifas y el rápido crecimiento del parque automotor.
En 2024, Chile continúa su apuesta por modernizar la infraestructura de movilidad con su nuevo tren rápido, conectando Santiago y Curicó en el primer tramo. A pesar del pasado neoliberal del país, Chile revitaliza su red ferroviaria, demostrando cómo el Estado puede garantizar un transporte digno y eficiente. La intervención estatal en movilidad es esencial para promover la libertad y la accesibilidad.
La respuesta a estos problemas parece encontrarse en la herramienta política de la planificación y el ordenamiento territorial. La planificación, en diferentes escalas sea: nacional, local, municipal, regional, global se torna vital para reducir y controlar los fenómenos que acompañan al crecimiento poblacional y a los fenómenos desencadenados por la relación dialéctica entre los centros urbanos y las periferias o regiones rurales.
Desde los años 70, Curitiba implementó un modelo de gestión y planificación de la red de transporte público que en la actualidad sigue siendo un ejemplo de eficiencia, planificación y gestión pública. Gracias a su modelo, la ciudad se ha convertido en un referente mundial en lo que respecta a ciudades inteligentes, ciudades sustentables, ciudades verdes, ciudades modelo.