Hacia un nuevo paradigma: Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN)
Históricamente, los seres humanos han utilizado la naturaleza para satisfacer sus necesidades, por ello, se han extraído, explotado y consumido incesantemente sus recursos. Esta tendencia sitúa a la naturaleza como una mercancía y una herramienta, más que como aliada; no obstante, no sorprende la destrucción y el deterioro acelerado que ha experimentado la naturaleza en los últimos años.
Esta relación de poder entre seres humanos y naturaleza, donde la actividad antrópica intenta subyugar, dominar y consumir al máximo los recursos de ésta, tiene que ver con el modo de producción propio del sistema capitalista. Para Acosta (2014).
El ser humano de la modernidad, con sus formas de organización social antropocéntricas, se puso —figurativamente hablando— por fuera de la Naturaleza. Se llegó a definir la naturaleza, con minúscula, sin considerar a la humanidad, también con minúsculas, como parte integral de la misma. Y con esto quedó expedita la vía para someterla y manipularla (Acosta, 2014, p.12).
La desconexión entre individuo y naturaleza impide el reconocimiento de la naturaleza como ente y aliado de recursos finitos, de ahí que la crisis ambiental y el cambio climático solo se agudicen en estos últimos años en lugar de mitigarse o reducirse sus efectos.
Para Gudynas, es necesario reestablecer la conexión entre individuo y naturaleza, por ello propone comprender a la naturaleza desde otras culturas, aquellas comunidades que intentan vivir en armonía con la naturaleza, respetándola e intentando no alterar ni modificar radicalmente su entorno. “La presentación de la naturaleza como una forma de capital ha sido un cambio muy reciente, pero es actualmente aceptada en muchos espacios, dejando en claro la amplia difusión y profunda penetración de esa perspectiva mercantilista” (Gudynas, 2014, pp. 30).
Es contra esta perspectiva que Gudynas y Acosta proponen reconocer que la naturaleza y sus recursos son finitos, y que solo el vínculo complementario y no destructivo entre ambos puede mitigar y reducir los diversos fenómenos que acompañan a los cambios climáticos y la crisis ambiental.
Es únicamente en este contexto donde las SBN tienen cabida, es aquí donde pueden ser pensadas, elaboradas, planificadas, impulsadas y ejecutadas. El concepto de “Soluciones Basadas en la Naturaleza” o (SBN) fue elaborado por primera vez por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza IUCN hace más de veinte años.
El término Soluciones basadas en la Naturaleza fue acuñado en la década del 2000 como iniciativa de la IUCN y el Banco Mundial y se refiere a enfoques, acciones o procesos que utilizan los principios de la naturaleza para dar solución a distintos problemas como la adaptación al cambio climático, la gestión de recursos, la seguridad alimentaria, la calidad del aire y el entorno. (CONAMA, 2019)
La IUCN las define como un conjunto de acciones para proteger, gestionar de manera sostenible y restaurar los ecosistemas naturales y modificados que abordan los desafíos de la sociedad de manera efectiva y adaptativa, beneficiando a las personas y a la naturaleza. (IUCN, 2019).
Se trata de dar respuesta a los desafíos que surgen con el proceso acelerado de urbanización y de producción de suelo, donde se incluyen los servicios de infraestructura y transporte, a través de la protección, gestión sustentable y restauración de los ecosistemas. En otras palabras, las SBN responden a los desafíos de generar bienestar social adaptando los recursos de la naturaleza para conseguir este fin.
Por esta razón las SBN están conectadas y vinculadas con diferentes disciplinas como el urbanismo, la planificación, el ordenamiento territorial, la ingeniería ambiental u otras disciplinas como la arquitectura o ingeniería civil. Se requiere de una visión integradora, por parte de todas estas disciplinas, para promover y trabajar en la ejecución de las SBN. También, dado que las SBN están alineadas con el programa de la Agenda 2030 y los (ODS) que son los Objetivos de Desarrollo Sostenible, estas soluciones han sido incluidas en las agendas políticas de algunos gobiernos locales, municipales, provinciales o nacionales. Por ejemplo, las SBN han sido incluidas en la Nueva Agenda Urbana (Hábitat III) de Naciones Unidas (Quito 2016) y también han sido trasladadas al contexto español en la Agenda Urbana Española (CONAMA, 2019).