Cipug en Campaña: Presidente de cartón, propuestas de papel. Un recorrido por ADN.

Cuántas veces escuchamos en los medios tradicionales, durante una campaña política, frases como: “¿Y de dónde va a sacar la plata, señor/a candidato/a?” “Eso el primer año, ¿y el resto del período?” “Me parece que su plan no tiene coherencia con la realidad nacional”?
Y no habrá que malentender: la crítica, la pregunta constante y la reflexión oportuna al propio candidato y a los ciudadanos es y debe seguir siendo el principal rol de los espacios de debate o de exposición de propuestas de campaña. Pero, ¿qué pasa cuando la prensa tiene a sus favoritos? ¿Qué pasa cuando no se pide coherencia, ni se critica, ni se cuestiona a unos como a otros sí?

Desde el CIPUG nos hemos propuesto romper con dicha fórmula, y aunque nuestra labor no es la misma que la de un periodista, sino la de un estudioso de la realidad social, política y económica, nos hemos propuesto el análisis de distintos planes de gobierno desde: lo económico, la seguridad, la inversión social, la corrupción, y la naturaleza-urbanismo. Aunque, en esta ocasión, nos vemos en la necesidad de exponer casos bochornosos como los del plan de trabajo de ADN 7, el partido político del actual presidente de la República, Daniel Noboa Azín.

Desde las convicciones con las que el Centro de Implementación de Políticas Urbanas y Gobernanza nació, como grupo de investigadores, esperábamos un plan de gobierno con el cual entrar en debate propio sobre el camino correcto para llevar al país. Pero, al contrario, lo que ha logrado es convencernos aún más de que lo que hoy sucede en Ecuador tiene un responsable, y que todo apunta a quien hoy vive en Carondelet.

Desde las aulas en cualquier nivel de nuestra formación académica, un proyecto debía tener, junto a sí, un plan de trabajo donde se explicara lo que iba a realizarse —un objetivo general— y cuáles serían las acciones para esa gran tarea —objetivos específicos. Junto a ello, había que sumarle entonces una forma en la que este gran objetivo y las distintas actividades se realizarían para cumplirse —lo que llamaríamos una metodología.

Así se obtenía una hoja de ruta para alcanzar la meta propuesta, además de un manual al que siempre se podía regresar al tener dudas de qué es ese gran objetivo, cómo había que lograrlo y hasta cuándo debía hacerse.

Resulta bastante triste para el análisis político lo que el plan de trabajo de ADN significa para estas elecciones 2025, pues dicha propuesta está llena de objetivos a cumplir, pero sin un plan de acción en concreto.
No existe un marco de acción sobre el que todas estas propuestas reposen, o siquiera tomen forma de manera jurídica, económica e institucional. Terminan siendo un cúmulo de promesas sin sustento, sin ruta, sin un punto de partida, y tampoco de llegada.

Eso también nos hace pensar al respecto de ese gran objetivo: ¿Cuál es su naturaleza? O, para decirlo a la criolla, ¿Qué es lo que mismo es ADN? Porque la forma en que hacemos las cosas, en cómo se aborda un problema, también define nuestra ideología política, y al parecer eso es algo que Daniel Noboa Azín, su gabinete y su partido político saben camuflar bien —aunque en las primeras líneas de este plan de trabajo se asegure que son de “centro-izquierda”— sin razón alguna.

Aunque hemos querido analizar este plan de trabajo desde nuestra propia hoja de ruta, nos es imposible pensar sobre propuestas que no detallan absolutamente nada de cómo se harán realidad. Por ejemplo, para el apartado de la inversión social, podríamos tomar una propuesta como la reducción de la desnutrición crónica infantil. Para esta propuesta tenemos los siguientes puntos a realizar:

  • Acceso a alimentos saludables
  • Programas de consejería en temas de alimentación
  • Fomento de la lactancia materna exclusiva
  • Acceso a agua, saneamiento y servicios de salud materno-infantil

Desde el CIPUG nos parece que es algo obvio que estos cuatro elementos deberían ser parte de una estrategia para la reducción de la desnutrición crónica infantil, pero volvemos a preguntar: ¿Cómo? ¿Cómo van a dar acceso a alimentos saludables? ¿Cómo van a generar programas de consejería en alimentación? ¿Dónde se necesitan con suma urgencia dichos programas y acceso a alimentos? ¿Cómo se va a fomentar la lactancia materna? ¿De qué manera se va a dar un íntegro acceso a agua, saneamiento y servicios de salud? Y más aún, para esta última propuesta, ¿No es esto un tema que le corresponde a alcaldías y GAD’s parroquiales?

Así como este punto, el plan de trabajo de Daniel Noboa está plagado de miles de objetivos a cumplir, pero sin una ruta a seguir, sin un tiempo estimado para lograrlo, o siquiera una explicación de por qué este punto es de importancia nacional. Y cada uno de los ejes tratados se abordan de la misma manera. Por ejemplo:

Para el eje de ambiente, se ha propuesto promover la transición a la economía verde con energías renovables; reducir emisiones de gases de efecto invernadero; fortalecer los sistemas de alerta temprana. Cada uno de ellos suelto, como si se explicara por sí mismo, como si al solo verlos supiéramos que, en efecto, es la ruta a seguir, y que por escribirlos en un plan de trabajo, ellos solo se irán acomodando y funcionarán en algún punto.

En este punto cabe preguntarse: ¿Y si gana Daniel Noboa, los ciudadanos podemos reclamar si todos estos objetivos no se cumplen? Pues tampoco queda claro si podemos o no hacerlo, porque de cierta manera, si llega a ganar, pesa también en nosotros como ciudadanía el dar nuestro voto a una lista larga de objetivos específicos que nunca fueron definidos, detallados y organizados.

Porque creemos fielmente que, si existiera algún interés —aunque sea mínimo— por la realidad nacional del país, una propuesta tan importante como la reducción de la desnutrición crónica infantil debería verse mínimamente con un pequeño plan de acción como:

  • Localizar los segmentos de la población ecuatoriana donde existan mayor cantidad de niños, niñas y adolescentes que sufran de desnutrición infantil con los datos proporcionados por el INEC.
  • Visita de brigadas de médicos pediatras para la revisión de los niños, niñas y adolescentes afectados por la desnutrición crónica.
  • Compra de vitaminas y minerales esenciales para combatir la desnutrición.
  • Creación de brigadas agroalimentarias y médicas que expliquen la importancia de la buena alimentación.
  • Creación de granjas agroalimentarias.

Estos cinco puntos, enalzados al Estado desde el Ministerio de Salud como el eje de la política, además de hacer una red de esfuerzos con los GAD’s parroquiales y alcaldías.

Un plan de trabajo —y peor aún, un plan de trabajo que busca la presidencia— debería detallar cada una de las cosas que se van a hacer, con las herramientas y el marco jurídico del Estado que van a permitir la solvencia de dichas propuestas, y no una larga wishlist de cosas que prometemos y que no se saben cómo cumplir, rozando lo demagógico.

Desde el CIPUG hacemos un llamado por un voto informado, donde la reflexión venza a la pauta en los medios de comunicación y redes sociales. Entendemos que estar en Carondelet no solo significa prometer, sino crear una estrategia que permita abarcar de manera eficaz los problemas que acogen al país.