Quito. ¿Una capital en crisis?

Hablar de crisis no es más que referirse a momentos traumáticos, y estos momentos son el resultado de procesos históricos, políticos, sociales y ambientales. Hoy en día, los nuevos paradigmas urbanos entran en contraposición con los viejos, generando tensiones en las dinámicas cotidianas de cada ciudad, contexto o país.

¿Se puede hablar de Quito como una capital en crisis? Sí, en primera instancia, la ciudad refleja las problemáticas políticas y sociales que enfrenta el Ecuador como país. Sin embargo, también se puede ver como una extensión de la crisis regional en América Latina o Global de la modernidad y el propio sistema. En última instancia, hablar de una crisis implica reflexionar sobre los múltiples factores que impactan la ciudad, desde lo institucional hasta lo cotidiano, y cómo estos elementos configuran los desafíos que enfrenta Quito hoy.

Para Fernando Carrión, las crisis urbanas surgen de la interacción entre los problemas específicos de cada ciudad y la incapacidad de las políticas urbanas para gestionarlos. Esto refleja una relación compleja entre lo institucional, lo social y lo ambiental. Así, al hablar de una crisis urbana, estamos señalando no solo los desafíos actuales, sino también el carácter histórico, político y social que ha estructurado la ciudad y a sus habitantes, respondiendo tanto a su contexto como a su propio transitar.

En resumen, hablar de una crisis en Quito no es solo referirse a la ciudad, sino al contexto que ha experimentado, donde las transformaciones también son respuestas a diversos desafíos. Por lo tanto, no se trata únicamente de examinar la gestión institucional, sino de pensar en la ciudad en su vínculo con el país, la región, el mundo y, sobre todo, con sus habitantes, quienes construyen, moldean y dan identidad y vida al espacio y al territorio.

A manera de cierre, es importante reflexionar sobre cómo las vivencias cotidianas de los ciudadanos ofrecen una ventana para comprender los conflictos de lo urbano en su dimensión más amplia, revelando las múltiples dimensiones de esta. Este texto busca precisamente eso: generar una reflexión sobre cómo habitamos y pensamos los denominados contextos de una crisis, abriendo un espacio para discutir el cómo aquellas dinámicas afectan y condicionan nuestra lectura y visión de la ciudad.