Revitalizando el Río Magdalena. ¿Soluciones Basadas en la Naturaleza para un Futuro Sostenible?

El río Magdalena en Colombia es un ejemplo significativo de Soluciones Basadas en la Naturaleza. Este proyecto busca restaurar y gestionar de manera sostenible la cuenca del río Magdalena, siendo este el río más grande de Colombia y uno de los más importantes de América Latina en términos de biodiversidad y servicios ecosistémicos. “La cuenca del Magdalena cubre el 24 % del territorio, y es el hogar del 77 % de la población. Alrededor de 32,5 millones de personas viven en tierras bañadas por el río” (Fundación Alma, 2019).

 

 

Imagen 1. Río Magdalena 

A lo largo del tiempo, y debido a las transformaciones del ecosistema, los problemas en las ciudades cercanas al río Magdalena se han vuelto cada vez más frecuentes. Estos problemas incluyen graves inundaciones que han tenido consecuencias fatales para la población, agravadas tanto por la crisis climática global como por diversos fenómenos antropogénicos como la contaminación, la alteración del ecosistema, la deforestación y otros impactos de la presencia humana en el entorno. 

Debido a que la degradación ambiental de las planicies inundables aumenta el riesgo de eventos extremos, como inundaciones y sequías. Surgió un proyecto que articulaba Soluciones Basadas en la Naturaleza, como respuesta a esta crisis mencionada y se implementó entre septiembre de 2015 y junio de 2019. El mismo fue respaldado por autoridades a nivel nacional, regional y local, integrando a actores públicos y privados en la gestión ambiental de la cuenca. 

El éxito del proyecto estuvo estrechamente relacionado con la voluntad política y de transformación de sus autoridades, quienes facilitaron una sinergia entre los diversos actores. Esta colaboración permitió una intervención a escala regional que abarcó poblaciones en territorios distintos y dispersos, siendo crucial un diálogo favorable entre todas las partes involucradas.

Las mejoras se lograron mediante las mencionadas Soluciones Basadas en la Naturaleza, centradas en la restauración de humedales y bosques ribereños. Estas estrategias de adaptación se implementaron en las áreas afectadas y han demostrado mejorar la calidad de vida de la población rural y sus ecosistemas. Al asegurar la prestación de servicios ecosistémicos en áreas degradadas, se incrementó la capacidad del suelo para retener agua, lo que ayuda a prevenir posibles inundaciones futuras, evitando así la pérdida de cosechas y daños en la infraestructura de servicios.

Es importante entender la restauración como una estrategia práctica de manejo de recursos que busca restablecer los procesos ecológicos para mantener la composición, estructura y función del ecosistema en diferentes unidades de paisaje y a distintas escalas. Las estrategias de adaptación utilizadas también buscaban maximizar los beneficios sociales y económicos del río Magdalena, al tiempo que se conservaban y restauraban los ecosistemas, además que el proyecto sirvió como una herramienta para diseñar transiciones socioecológicas. 

El gran apoyo y participación de la población fueron cruciales para la sostenibilidad del proyecto a lo largo del tiempo y para que lograra el impacto deseado en los territorios donde se implementó, el mismo contó con un sólido marco metodológico que puso un fuerte énfasis en las etapas de monitoreo y seguimiento, con el objetivo de evitar que los logros se desvanezcan con el tiempo.    

 Imagen 2. Modelo de restauración implementado.

Los principales impactos de este proyecto fueron:

  • Contribuyó a la protección y conservación de las zonas naturales en recuperación.
  • Reducción de presión sobre los recursos naturales.
  • Proporcionó hábitat y recursos para la flora y fauna local.
  • Rehabilitó las funciones y servicios ecosistémicos de control de erosión y sedimentación de cuerpos de agua que integran las planicies inundables.
  • Redujo procesos erosivo e impactos por inundación y sequía.
  • Brindó mayor conectividad y funcionalidad ecológica de los paisajes rurales.

La restauración de los servicios ecosistémicos realizada por el gobierno colombiano en la cuenca del río Magdalena sienta las bases para comprender la importancia de desarrollar proyectos que respondan tanto a las necesidades de la población ante los desastres naturales como a las estrategias de mejoramiento del hábitat dentro del paradigma ambiental. Este enfoque es crucial hoy en día para sostener el medio ambiente y minimizar el impacto de las actividades humanas en el territorio. Es fundamental que las mejoras busquen el bienestar de la población sin causar un daño significativo a los ecosistemas.

Aunque hemos observado una mejora sustancial y un impacto bastante evidente en el área intervenida, en el largo plazo estos proyectos pierden su potencial porque no abordan el problema estructural de la contaminación. El mundo globalizado y los sistemas capitalistas buscan seguir extrayendo recursos para sostener su modelo económico, y la realidad de la mayoría de los países latinoamericanos, que han basado su economía en modelos primarios exportadores, continúan estas prácticas, de modo que el impacto de estas acciones continuará generando nuevas problemáticas.

 Si bien se mitigaron problemas puntuales en su momento, el río Magdalena ha seguido enfrentando diversas complicaciones que, en la actualidad, han originado nuevos desafíos para las comunidades y poblaciones de la cuenca, los cuales, en cierta medida, son más graves que los anteriores, si bien, las Soluciones Basadas en la Naturaleza son y deberían ser el modelo de planificación a seguir para las intervenciones urbanas y la construcción de un futuro sostenible, sino existe un cambio en los modelos de producción, no habrá ecosistema e intervención que mitigue y resuelva lo que ocurre.